jueves, 11 de diciembre de 2008

UN ASESINO DIFERNETE

UN ASESINO CON SENTIMIENTOS

Hoy en día cuando uno va a cazar, se recuerda la historia de un cazador, al que todos daban por miedoso, claro a él no le importaba, ya que él amaba a los animales, sólo hacía pasar por un cazador para impresionar a sus amigos y por la publicidad.
Él señor se llamaba Juan. Juan para hacerles creer a sus amigos que nunca lo vieron en acción que el era un gran y valiente cazador compraba pieles de animales y las guardaba y decía que eran las pieles de los animales que él había cazado.
Un día Juan se disponía a salir en su excursión de falsa cacería, cuando se enteró que sus amigos también irían.
Sus amigos brillaban de felicidad al saber que por fin verían al gran cazador Juan.
A diferencia de sus amigos Juan temblaba de nervios y de angustia, con sólo pensar qué pasaría si sus amigos lo descubrieran en su treta.
Los amigos de Juan se acercaron a él y lo llevaron ya que se había quedado tieso por verlos, sin embargo los amigos pensaron que era de felicidad, ya que el siempre decía que le gustaría ser acompañado por ellos en una de sus excursiones.
Juan, que todavía no sabía como salvarse de esta mala pasada, arranco el auto y se dispuso a seguir.
Juan pensó que si no pasaba por lugares con animales, nadie descubriría su treta.
Avanzaba y avanzaba sin frenar en ningún lugar, ni el que sus amigos le decían, ya se había pasado un largo rato, y los amigos de Juan empezaron a sospechar.
Juan tenía una excusa para todos los animales “muy alto, muy flaco, muy feo…” cualquier cosa.
Se acercaba la noche y la hora de irse y sus amigos ya pensaban que Juan era un cobarde, Juan se había dado cuenta de eso por eso paró el auto, tomó su escopeta y se dirigió a un tigre que había en un árbol.
Sus amigos se emocionaron al ver que su Juan no era un miedoso y empezaron a grita “Juan, Juan…”.
El tigre que Juan se disponía a cazar, era grande y fuerte pero como estaba comiendo no veía a Juan.
Juan sintió lastima por el tigre y gritó muy asustado “amigos no lo haré es muy viejo”, los amigos lo tomaron como miedoso, se rieron de él, luego se metieron en el auto.
Juan rojo por la ira le disparó un certero disparo en la espalda al tigre y lo mató.
Los amigos de Juan sorprendidos lo felicitaron y lo ayudaron a llevar el cuerpo del tigre.
Juan se sentía muy orgulloso por su primera caza, colgó al tigre en su pared para recordarse lo valiente que era.
Un día esplendoroso por su presa se paró en frente de ella, la miró fijamente, y de repente su felicidad se terminó en un mar de lagrimas y gritó
_ ¿Qué he hecho?
El cazador se fue llorando.
Nadie nunca volvió a saber de el, solo se sabe que nunca mas cazo a otro animal.


FIN

1 comentario:

Unknown dijo...

Si se me permite una opinión, lo que te faltó fue fuerza en el final. El desarrollo y la presentación del personajes fueron muy buenos. La idea también está muy interesante.